
Gerardo Pérez Silva
La década de los 30´s del siglo pasado representa un periodo que no se ha estudiado lo suficiente para conocer las actividades religiosas que se realizaban en un tiempo todavía de tensión política, tras la persecución religiosa y la influencia del socialismo en los ambientes sociales y educativos principalmente.
La región de Toluca por ese entonces tenía el carácter provinciano y de ser una zona eminentemente agrícola. Claro está que la ciudad de Toluca ya presentaba un ambiente citadino de mucho movimiento industrial. Sin embargo, en los pueblos circunvecinos todavía se respiraba un ambiente rural.
Por el lado de las agrupaciones católicas era una época de mucha efusión y actividad, con la pretensión de recuperar los espacios que, tras la persecución, se habían debilitado. Uno de estos espacios era el sector de la juventud. Para ello agrupaciones como la A.C.J.M. fue un principal bastión para recuperar dicho espacio y para emprender la obra evangelizadora entre los jóvenes de aquel momento.
Tanto en Toluca como en muchos pueblos de la región existían agrupaciones de la A.C.J.M., integradas por estudiantes, profesionistas –principalmente en Toluca y en algunas cabeceras municipales-, aunque en la mayoría de las poblaciones los grupos estaban integrados por jóvenes campesinos.
En 1938 coincide en que se celebraron los 25 años de la A.C.J.M. Las crónicas de los festejos nos hablan de eventos fastuosos y bien concurridos, en donde se hacía partícipe también la jerarquía eclesiástica.
En Toluca por supuesto se realizaron los festejos. Como parte de estos festejos se realizó el 1 de enero de 1939 la Décima Jornada Interparroquial de la A.C.J.M. en la parroquia de San Bartolomé Otzolotepec, donde era párroco el padre Pedro J. Sánchez.
Esta Jornada prácticamente fue la expresión de los tiempos gloriosos de la A.C.J.M. en la región de Toluca.
El programa de la Jornada tuvo como objetivo precisamente celebrar los 25 años de la Asociación, con un encuentro entre los representantes de las agrupaciones parroquiales y el arzobispo de México, Don Luis Ma. Martínez, así como una sesión de estudio.
La crónica del evento nos habla que la Jornada “resultó verdaderamente solemne y provechosa”, asistiendo un promedio de 400 jóvenes procedentes de: Toluca, Tenancingo, San Juan de las Huertas, Tlacotepec, Cacalomacán, Zaragoza, San Marcos, San Juan Bautista, San José Chalmita, San Pedro Arriba, Tlacopa, Los Amates, Ocoyoacac, San Mateo Otzacatipan, San Bartolomé Otzolotepec, Capulhuac, Santa Ana Jilotzingo, Fábrica María, La Concepción, entre otras poblaciones.
Como inicio de la Jornada fue recibido el arzobispo de México a las afueras de Otzolotepec. Llegado a la puerta del atrio parroquial, le dio la bienvenida el párroco y demás sacerdotes presentes para conducirlo bajo palio al altar. Allí “revestido con los sagrados ornamentos, se dignó bendecir el decorado del templo, el sagrario mismo, algunos utensilios sagrados, seis banderas de los nuevos grupos de la A.C.J.M. y algunas otras banderas de otras organizaciones de la A.C.M. [Acción Católica Mexicana]”. Enseguida se celebró una solemne eucaristía. Dice la crónica: “Magnífico espectáculo era ver aquel espacioso templo lleno en su mayoría de jóvenes que rindieron sus banderas ante Jesús Sacramentado”.
Terminada la misa los asistentes pasaron al nuevo salón de la A.C.J.M. que se bendijo y donde se realizó la sesión de estudio.
Concluida la sesión, los asistentes fueron halagados con una rica comida ofrecida por el párroco anfitrión y servida por las señoritas de la J.C.F.M. de la parroquia sede y de la Fábrica María.