
La celebración del carnaval, son fiestas que estuvieron ligadas a las demostraciones culturales, populares y autóctonas de un pueblo o etnia, a su idiosincrasia, con mezcla de imagen, color, sonido y movimiento, perfumes y sabores.
La alegría lo impregna, junto al buen humor y a la fraternidad reinante.
Divertirse sin excesos, saber gozar sanamente, la mente y el corazón limpios para el sano esparcimiento y diversión necesitados, eso se expresaba originalmente en una fiesta de carnaval; era un momento de poner en práctica la creatividad creando máscaras, disfraces, vestimenta, baile, música y presentando artistas de diversa índole, en donde se daba lugar a lo artesanal en la confección de los vestidos, indumentarias, bastones, adornos, redoblantes, instrumentos de cuerda, viento o percusión.
Lejos del desorden y de las palabras y gestos groseros y soeces, o movimientos y apariciones eróticas que rozan lo pornográfico. Era una fiesta familiar donde acudían los abuelos, papás, hijos/as y nietos. Donde la chaya, el papel picado, la nieve, eran las delicias de grandes y chicos, mientras algo se degusta y se ve el espectáculo.
No faltaban lugares en que hay ponencias y videos, exposición de artes plásticas, conferencias y grupos folclóricos y artísticos.