La reconciliación entre los miembros de una familia es muy importante para tener una convivencia en paz y armonía. Cuando se ofrece el perdón como un regalo de amor, la familia va creciendo en gracia y santidad.

Proponemos este camino para facilitar el perdón en la familia:

 

  1. Hablar con sinceridad, expresando de forma serena si hay alguna inconformidad por una palabra o comportamiento incorrecto.
  2. Si ya se hizo daño y nos dejamos llevar por la ira o el enojo, mantener la calma y no aclarar las cosas de inmediato. Esperar un tiempo a que pase el disgusto que tenemos.
  3. En ocasiones es necesario comentar con los seres queridos que nos encontramos molestos por lo que ha pasado y pedir un poco de paciencia para que, en el momento oportuno, se tenga el diálogo.
  4. Hacer oración, pidiendo a Dios la paz y la tranquilidad. Reconocer que hubo cosas que nos dolieron y lastimaron.
  5. Cuando hay cosas graves o delicadas y nuestra pena es grande, buscar orientación o consejo con alguien que pueda ayudarnos adecuadamente.
  6. Valorar a nuestros familiares como una bendición de Dios en la vida, a pesar de que las limitaciones humanas causan conflictos y problemas en la convivencia de cada día.
  7. Decidirse a perdonar, porque los rencores y resentimientos se convierten en un peso terrible que no deja vivir en paz. Quien primero se beneficia con el perdón es uno mismo.
  8. Aceptar que la ofensa que se hizo queda en el recuerdo, pero ya no hace daño porque decidimos sanar la mente y el corazón. El recuerdo será un aprendizaje que nos hizo crecer en el perdón y la reconciliación.
  9. Enfrentar al familiar que nos hizo daño con caridad y misericordia, hablando con transparencia de lo que ha pasado y mostrándole nuestro perdón y la firme voluntad de darle otra oportunidad.
  10. Si yo he sido quien ofendió a la familia, pedir perdón, restituir el daño y tener una sincera conversión de la vida.