
PASTORAL DEL TURISMO
ARQUIDIOCESIS DE TOLUCA
POR: Pbro. Dr. Daniel Valdez García
Recorrer el Valle de Toluca implica encontrarnos con los vestigios prehispánicos, aún no se han puesto todos a descubierto, así como de la época colonial, la reforma, el porfiriato, la modernidad y por supuesto que los emblemáticos pueblos mágicos, como es el caso de Metepec.
Nos encontramos con paisajes, diferentes idiosincrasias, pero también comidas deliciosas y bebidas únicas, por eso la gastronomía es parte del atractivo turístico que lleva al encuentro con lo original, regional y autóctono. Así que la experiencia gastronómica que ofrece cada sitio se vuelve única. Hay productos que han generado rutas como es el caso del queso, el vino, el tequila y el mezcal. Toca el turno ahora una bebida digestiva de Metepec: “La garañona”.
LA GARAÑONA, ELEXIR FAMILIAR. Dicha bebida tiene su origen en el entorno familiar, que como muchas otras familias tenías sus propias bebidas medicionales, como el toronjil, la progigiosa, la naranja y otras más.
A principios del siglo XIX, don Ángel Pineda Xeron preparaba preparaba para curar dolores de cabeza y malestares estomacales una bebida que llegó a convertirse en la bebida por excelencia de los metepequenses, y tampoco que su miscelánea se llegará a convertir en el actual bar cultural “2 de abril”. La misma doña Elvira Rosa María Pineda de Carrillo, dueña del bar, refiere que su padre preparaba diversos licores, pero ninguno obtuvo el éxito de la garañona. El nombre de esta bebida espirituosa tal vez se debe al mito de ser un afrodisíaco, antes tuvo otros nombres como «siete hierbas», «verdesilla», etc.
Cristian Reynoso Diezmo, cronista de Metepec, afirma que el color verde de la bebida surge de las hierbas que se utilizan para elaborarla. Considera que quienes tienen un gusto muy sensible, pueden detectar hierbabuena o manzanilla en la garañona. Dicha bebida hoy se prepara de diversas formas y hay gastronómos que han creado versiones de café y otras variedades.